miércoles, 20 de agosto de 2008

Volviéndonos malos


Algún que otro crítico cinematográfico anda preocupado por el triunfo de la maldad. Hay algo atractivo y seductor, simpático y gracioso en los bad guys. Y no es un pálpito de juventud, ni el rencor acumulado del chico bueno que siempre veía cómo las guapas se iban con los más capullos del grupo, del bar o del instituto. Está constatado por estudios científicos serios.


Así que no debe de escandalizarnos que el verdadero protagonista de la nueva de Batman sea el Joker. Una creación de Heath Ledger que el otro día disfruté a pesar mi predisposición negativa por toda la campaña de marketing desatada por la película y el uso publicitario que se ha hecho de su triste muerte. El australiano se come las dos horas y media de metraje, hace que Batman parezca el payaso y da pena que no haya un enfrentamiento directo con Michael Caine. Porque el británico parece el único actor de calado que podría estar a la altura del personaje que compone Ledger. Uno se tira media película lamentando la pérdida de un artista así y la otra media comprendiendo cómo debió meterse bajo la piel del fallecido un ser como este Joker. Se le tuvo que ir la pinza pero bien. Y por mucho que haya leído en algún reportaje que Ledger le tenía un tremendo respeto al Joker de Nicholson, Jack no debe saber ahora en qué agujero de Chinatown meterse.


Bueno, éste es supuestamente un blog de TV, que no de cine, así que hablaremos un pelín de un nuevo descubrimiento directo de emule en el que también se afronta la maldad/bondad, como en Dexter: Breaking Bad. Llevo dos capítulos y promete. Humor negro, buenos y desconocidos actores

jueves, 14 de agosto de 2008

Investigaciones policiales...


Alguna que otra vez, charlando con amigos o conocidos policías o guardias civiles -alguno de ellos en homicidios-, no han parado de lamentar el tremendo daño que han hecho a su trabajo series como CSI y todas sus versiones. Que si análisis de ADN con un pelo de la axila del sospechoso, que si las huellas en cualquier superficie, que si secuencias o reconstrucciones por ordenador con unos procesadores que ya quisiera la NASA... Desde que triunfan Grissom y sus muchachos no hay día en las comisarías o cuartelillos en los que no llegue algún denunciante exigiendo tal o cual prueba...


Si tengo que elegir la plasmación en televisión de una investigación policial, me quedo con esta secuencia de The Wire. Durante mucho tiempo he oído calificar esta serie como la sucesora de Los Soprano, y eso mismo me ha impedido verla durante años. Ahora que me he quedado sin Tony y compañía, no he tenido más remedio que descargármela. Al principio cuesta entrar en ella, pero la recreación de los suburbios de Baltimore y el negocio de la droga parecen muy realista. Y los personajes, tanto los polis como los pandilleros, están muy bien trabajados, sin estrellitas ni chorradas. Es dura realidad recreada en ficción, con su buena cuota de personajes medio malos-medio buenos, como cualquier serie de calidad que se precie últimamente. Y uno puede imaginarse, cuando ve las movidas para montar la escucha policial, al juez Torres y a sus policías de Malaya. En lugar de seguir la pista al jefe del clan mafioso de la droga Avon Barksdale, lo hacían con Roca, Muñoz, Yagüe y el resto de joyas de Marbella...


miércoles, 13 de agosto de 2008

cine vs. tv

Hace ya unos cuantos años, creo que hacia 1996, coincidimos en unos cursos de verano en Ronda con Joshua Berger, que entonces era vicepresidente para Europa de Warner y que hoy es aún más jefazo todavía. Era un tipo majo, afable, un joven prodigio del negocio, con una educación exquisita, hablaba español casi nativo y maneras de Harvard. Vamos, todo lo contrario al también genial Ari Gold de Entourage, uno de los mejores personajes cómicos de los últimos tiempos.
Bueno, allí estábamos en el bar Baco de Ronda, hartos de ron-cola y vodka naranja, mi amigo Agustín Rivera y yo, hablando de cine y de la industria del entretenimiento, de Hollywood, con un pez gordo que hasta escuchaba nuestras chorradas de becarios. Y en estas que hablando de las próximas grandes estrellas, soltó que estaba absolutamente de que George Clooney iba a serlo. Destacó el agente que había fichado y cómo estaba planificando su carrera sin dejar de lado el medio que lo catapultó a la fama, Urgencias (ER). Y aquel mismo año Clooney hizo 'Abierto hasta el amanecer', después llegaría la lamentable pero rentable para él 'Batman y Robin', 'El pacificador', 'Tres reyes'. Y así hasta convertirse en el pedazo de actor y director que es hoy, como pudimos comprobar en 'Buenas noches y Buena suerte', 'Syriana' y 'Michael Clayton', en la que aguanta un plano corto final memorable. Y la clave para el éxito que le llegaría a Clooney, según anticipaba Berger, estaba en que no había despreciado a la TV. Era su cantera de fans, su lona de seguridad en caso de que el salto mortal al cine fracasara. Se quedó de pediatra hasta 2000, y lo dejó a tiempo antes de que el personaje lo devorara.

No han tenido esa suerte otros grandísimos actores de TV. Y todos sabemos que hablo del enorme James Gandolfini. Es cierto que el pobre no tiene ni el tipo ni la cara de Clooney. Nunca podrá hacer de galán, por mucho que Tony Soprano atraiga a las tías, ni tampoco de héroe. Antes de triunfar mundialmente con nuestros mafiosos favoritos, el bueno de Jimmy ya había hecho numerosos papeles de secundario, la mayor parte de las veces malos o cazurros. Con Denzel Washington coincidió en 'Marea Roja' y 'Fallen', e incluso con el guaperas de Brad Pitt y la Julia Roberts en 'The mexican', donde interpretaba a un gracioso asesino a sueldo homosexual, lo mejor de esa mediocre película. Pero ahora que se nos han ido los Soprano, nos preguntamos qué será de Gandolfini, al que le va a ser imposible quitarse la piel del jefe de Nueva Jersey.

Uno que debería cambiar rápido de agente, porque es para matarlo por la película que le ha buscado, es Mathew Fox, el Jack de 'Perdidos'. Si el protagonista de Lost pretende dar el salto al cine cuando la isla se hunda de una vez dentro de tres o cuatro años, lo lleva crudo con personajes y películas como 'En el punto de mira', una bazofia que da repelús. Sólo el montaje de la plaza mayor de Salamanca llena de mejicanos da idea de la profesionalidad del director y los productores. Otro de los protagonistas robinsones de la isla, el antihéroe Josh Holloway, acaba de hacer una películita de miedo. Mejor ni iremos a verla.

Al británico Damian Lewis, el magistral mayor Winters de 'Hermanos de Sangre' y actualmente el detective Crews en la prometedora 'Life' (aunque lejos de ser original), tampoco le ha ido mucho mejor hasta ahora. Lo más conocido que ha hecho ha sido de malo abusador de Jennifer López en 'Una vida por delante', en la que el viejete carismático de Robert Redford le da una buena paliza. Pero es un actor sólido, de teatro, de televisión, de Shakespeare o de lo que se tercie.
Otro británico, buen actor, con experiencia en cine y teatro, es Hugh Laurie, nuestro doctor más entrañable. Podéis recordarlo en la fantástica 'Los amigos del Peter', del otrora grande Kenneth Branagh, como un marido compositor de melodías que pasa por malos momentos con su mujer, en 'Maybe baby', una comedia británica simpática y sin pretensiones, o también como el padre de esa cosa rara que era 'Stuart Little'. Vamos, que lo preferimos como el cascarrabias doctor Greg House, aunque también ha hecho alguna que otra incursión en otra serie...

lunes, 11 de agosto de 2008

Protagonistas odiosas

Ninguna entra dentro de mis favoritas (para eso está la guía lateral), pero es curioso cómo algunas series tienen un éxito tremendo a pesar de que sus protagonistas son absolutamente insoportables. No es cuestión de ser machistas, pero sospechosamente coinciden siempre perfiles parecidos: el de la relamida, histérica, reflexiva, sensible y enamoradiza mujer profesional liberal que martiriza a los espectadores con sus pensamientos en off. Cualquier análisis de lo que nos cuentan estas protagonistas resulta ridículo, y por lo general el resto de personajes secundarios resultan mucho, mucho más interesantes. Tampoco resisten la comparación con narraciones en off bien, bien resueltas, como las de Dexter.

Es el caso de Sexo en Nueva York, con la supuesta periodista-filósofa Carrie Bradshaw, a la que deben de pagar una pasta con sus columnitas cursis y pastelosas para gastársela siempre en zapatos de Manolo Blahcnik. Cualquiera de sus tres amigas, o hasta los amiguetes gay, son más divertidos y menos coñazo que el personaje de Sarah Jessica-Parker, que se gusta demasiado.

Como Ally McBeal. Hasta el bebé bailarín actuaba mejor que la anoréxica de Calista Flockhart. Esa mujer ha sido capaz hasta de fastidiarnos a Indiana Jones, no hay más que ver la calavera de cristal (¿será una referencia al cuerpecito esquelético de su mujer?). Las historias estaban bien, los personajes más o menos desarrollados, y había bastantes momentos ciertamente cómicos. Lo peor sin duda de la serie era la puñetera y odiosa protagonista.

Algo parecido ocurre con Anatomía de Grey. La actriz Ellen Pompeo pone unas caritas y tiene unas reflexiones tan profundas que dan ganas de aplicarle un electroshock o de hacer un crossover y mandarle al doctor House. Es tan repipi que no es de extrañar que a los pacientes les suba la bilirrubina (que no otra cosa) con sólo oirla.

En el caso de Mujeres Desesperadas, sin embargo, como la narradora hace tiempo que murió, no tenemos nada que alegar.

jueves, 7 de agosto de 2008

Retorcido

Interesante reflexión, aunque no se comparta del todo, de Enric González hoy en El País. Es verdad que a los guionistas les falta hacer el pino con los argumentos y el perfil de los personajes, aunque ésa sea precisamente la gracia de las series, que permiten desarrollar bien a sus protagonistas. Vamos sabiendo de sus excentricidades, sus gustos, su pasado, sus ataques de rabia, sus debilidades y sus fortalezas. En el cine, en cambio, en pocas ocasiones podemos conocer a un personaje mejor que a muchos de nuestros familiares...

También en El Mundo hay hoy, en el blog de Alberto Rey 'Asesino en serie', un buen análisis de True Blood, y de ese primer capítulo que los fanáticos de Alan Ball nos hemos descargado, impacientes, antes de que se editara, con escenas cortadas y otras que se conocerán esta noche en EEUU. Esperamos mucho, demasiado, del creador de 'A dos metros bajo tierra'. Así que seamos pacientes. Los Fishers tampoco nos dejaron con la boca abierta en el primer episodio (bueno, en realidad sí, con Nate y Brenda haciéndolo en el aeropuerto y después enterándose el mayor de la familia de la muerte del patriarca...)

miércoles, 6 de agosto de 2008

Muy oportuno para bautizar el blog

Interesante artículo que nos reafirma en nuestras creencias en El Mundo

...larga vida a la televisión!

Me estreno en el mundo de los blogs. No sé si esto se convertirá en un escaparate de mis miserias interiores, como les ocurre a mucho, en un escenario de ajuste de cuentas, como les ocurre a otros. Sí sé que pretendo pasarlo bien escribiendo de una de mis aficiones favoritas: el cine y las series de televisión. Me encantan los deportes, el buceo, viajar y la literatura, pero desgraciadamente, a la piltrafilla que cada noche sale de trabajar a las tantas sólo le quedan ganas de cenar, de sentarse en el sofá a ver alguna de las descargas del emule (porque ojo, la televisión en tiempo real es una soberana mierda por lo general) y a veces de alguna que otra cosa que no quiero que se convierta en protagonista del blog (diantres, acabo de empezar y ya hablamos de sexo).
De unos años a esta parte se ha revolucionado el mundo de las series. Por varias razones que no vamos a entrar a detallar, pero fundamentalmente porque la creatividad quiere ser independiente y porque en EEUU hay una cadena que se llama HBO que todos deberíamos venerar. Dos productos (sí, no dejan de ser productos de mercado) suyos como Los Soprano y A dos metros bajo tierra abrieron la veda: se podía hacer cine de calidad en televisión, con la ventaja de que no se constreñía a dos horas.
David Chase y Alan Ball demostraron que no había límites pese a la mosca cojonera de la publicidad, dieron libertad a sus actores y la descendencia ha sido impresionante: Roma, The Wire, Entourage, Damages, Dexter... Iremos hablando de todas y cada una de ellas, de sus actores, de sus episodios...