domingo, 16 de noviembre de 2008

Manos que se notan




Hay creadores que con solo meter un poquito de mano en cualquier proyecto televisivo o cinematográfico lo convierten en un producto cuando menos digno. En posts anteriores hablamos un poquito de Alan Ball, el genio de American Beauty, Six Feet Under y ahora True Blood. Nos basta con Los Soprano para meter en la misma categoría a David Chase. El relevo generacional está asegurado con J.J. Abrams, con un sentido comercial más agudo a los dos anteriores, pero con una enorme capacidad para dotar cualquier serie de tensión y atractivo. Abrams ha hecho Felicity, Alias y Lost. Produjo la magnífica Cloverfield (traducida incomprensiblemente como 'Monstruoso'), y ahora está embarcado como director y productor en una nueva película de Star Trek que seguro maravillará a los millones de freakies de Vulcano. Ya dirigió la a mi juicio única Misión Imposible salvable, la tercera. Porque tanto a John Woo como a Brian de Palma habría que encadenarlos en Hogwart's con tanta fantasmada en las dos primeras partes.


Esta mañana, sin nuevos episodios que echarme a los ojos de Entourage, Supernatural, Dexter o House, he optado finalmente por estrenarme con Fringe, de la que J.J. es guionista y productor. Sólo puedo decir que promete, que se nota la calidad por todas partes y la mano de Abrams. Es como un expediente X científico. Ahora bien, ardo de impaciencia por que llegue febrero y con él la nueva temporada de Perdidos. De acuerdo, a veces se les va la mano rizando el rizo, pero es de las poquitas series que han conseguido prolongarse sin caer en la desidia y el aburrimiento, como sí ha ocurrido con Heroes y con Prison Break. Pero ésa es otra cuestión.

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